STENCIL
La escena trabajada por Gonzalo Díaz en KM104 acelera el encuentro de imágenes que depende de la retracción metafórica que confiere a la lámina (rectángulo blanco) el carácter de MESA DE DISECCION, mobiliario destinado normalmente a la recepción temporal de cuerpos, vivos o muertos. Cuerpos en cuyo reemplazo las imágenes harán estado de fichas cadavéricas doblegadas por el uso comparativo de su índice de señalamiento. La serie del KM 104 está formada por seis láminas de cinco ejemplares cada una realizadas sobre Titania (pvc) (1), papel Geller (1) y papel de fondo fotográfico (3). De aproximadamente 200 x 150 cms., a excepción de los ejemplares en Titania, el resto de ellos aparece cubierto por un pliego de polyester de dimensiones levemente menores a las indicadas, que acoge la triple y descalzada impresión -ordenada por un código de colores específico para cada lámina- de la reproducción de un tucán y del dibujo ilustrativo de una cabeza vendada. Cada lámina posee un título construido a partir de la combinación de un artículo y dos sustantivos, en los que por lo menos uno proviene de una lengua extranjera, salvo una sola excepción, en que las tres palabras pertenecen al idioma castellano. El resto está configurado por una heteróclita composición cuyas erróneas referencias ortográficas hacen pensar en el latín y el italiano, como ficciones jocosas de una lengua originaria. Aparte de esto, toda lámina acoge la proclamada función de las palabras METALENGUAJE/METALE LENGUA como eje de equilibrio que unifica la percepción de la serie al ejercer la función de un pie de página. De este modo, Gonzalo Diaz recupera las huellas de polémicas precedentes, trasladando el nudo que condensa las determinaciones verbales que fijan el texto visual mediante un trabajo de SOBREIMPRESION/SUPERPOSICION. Este procedimiento descompone la enseñanza de pintura y comprime la combinación de una primera operación de defenestración de la pintura, seguida de una segunda, que consiste en la pictorización de un dispositivo mecánico. Este último, destinado a cancelar la pintura como ventana abierta al mundo, mediante la habilitación de la figura técnico-cultural del BLOCK MAGICO. Esta figura, a su vez, aparece como un subterfugio analítico que antecede la aparición de la metáfora mecánica del aparato fotográfico en la teoría freudiana. Por la vía de una radicalización de la PLANTILLA/STENCIL, Gonzalo Diaz realiza el trabajo de bloqueo de malla, como delimitador de mancha, funcional a la modificación parcial del fondo, con el único propósito de hacer vidente el trabajo de superposición. Práctica de bloqueo que sustituye pincel por el cuchillo cartonero; para satisfacer la necesidad de incidir en la frontera del grafito y realizar la función del paso y del descalce, corriendo la plantilla sobre la malla para programar los errores de impresión e indicar el número de capas que montan un “sistema de color” que simula la mordida en el aparato clásico del grabado, remedando la eficacia de una cuatricromía para pervertir la técnica, tomando préstamos parciales al sistema de la serigrafía para retener la inflación de la serialidad como virtud expresiva. De este modo, el bloqueo de malla y el descalce de impresión producen relaciones de segundo grado entre las imágenes que participan en la confección del fondo narrativo de cada lámina.

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