MAGMA





Rafael Gumucio describe la situación planteada por el montaje de la exposición  de los primeros papeles del surrealismo, en octubre de 1942. La cuestión de los papeles, tratándose de exilados, resulta ser la base de todas las ansiedades. No tienen papeles de residencia. No han sido certificados. El surrealismo, mismamente, no ha sido certificado por las autoridades de la cultura moderna  americana.  El pasaporte es la parte más importante del hombre, escribía Brecht en su “Diálogos de exilados”. Duchamp se encarga del diseño del montaje y tiende una red de hilos que “van de una obra a otra, formando una gran tela de araña que no permitía a los visitantes caminar sobre ellas”  (página 140). Eso fue en 1942. Los hilos han hecho su camino. Gumucio escribe: “las cuerdas simbolizan así la distancia exacta en que deben mirarse y admirarse los cuadros (…) Ni cerca, ni lejos, sino solo de reojo”. Algo que precede a la perturbación de arrancar los marcos a los cuadros, en la era de la des/patronalización del Museo Nacional de Bellas Artes. Ya nadie sabe para quien trabaja. A fuerza de “chier-le-lien”, Matta  es  re/vinculado a Chile por la fuerza (retro)versiva de la “mama” (Mercedes Villarroel). La institución de la madre sustituta  es el “único pedacito de raíz” (pagina 24): “Matta sabía que alguna vez fue chileno” (pagina 19) y que “como una araña, caga lazos, dejando que su bajo vientre salga (el hilo) que lo ate al mundo”; es decir, la casa fisurada. El MNBA (hoy) se erige en la-casa-de-Matta.   Defecacion de hilo y erección del nombre son dos polos que condensan la contradicción de su “habitus” en la pintura contemporánea. El hilo proviene del magma de las “morfologías psicológicas” y permite configurar la tela de araña que captura las abigarradas articulaciones de los grabados  de la New School. Disputa originaria del trazo evangélico y la mancha pentecostal. Vida y destino. La lectura de Gumucio hace funcionar el dispositivo atractor de la palabra  “magma”. “Vida y destino” es el título de la novela de Vassili Grossman, cuya escena ha sido montada durante  la batalla de Stalingrado, en el mismo momento que se abre en Nueva York “First Paper of Surrealism”. Escrita por Gross/man: hombre gordo. En el sentido de “gran hombre”. Pero también, homofonía parcial que evoca la  “grosse affaire”, traducible en “grave asunto”, “gran lio”, “asunto pesado”; en definitiva, algo de lo que no hay que hablar. En 1961, la KGB secuestra el manuscrito dactilografiado de la novela. Se llevan hasta el papel calco, porque el texto se puede seguir leyendo en transparencia. Prueba incriminatoria para satisfacer a la policía política y revertir la dimensión mística  de los “grandes transparentes”, evocados por Breton, que Matta materializa en la figura del “vitreur” (vidriador), conjetura del semen magmático que funda, fundiendo, la experiencia-de-ser. En página 632 de la versión francesa de “Vida y destino” aparece la palabra “magma”, comentada por el traductor mediante un pie de página que parece escrito pensando en Matta. En la escena, dos científicos (vidriadores del pensamiento) discuten. Uno de ellos “compara la humanidad a un magma (literalmente a una pasta en la artesa) en la que entran en lucha los buenos y malos elementos, pero que en su conjunto, no crece”. En la página 545 Grossman expone su teoría sobre los crímenes que se cometen en nombre del bien social. No hay progreso. En Stalingrado tiene lugar el “giro epistemológico” de la Gran Guerra Patriótica (“Grosse Guerre”). En Nueva York tiene lugar la exposición que sanciona el “giro epistemológico” de la pintura contemporánea. El surrealismo de Breton solo es parte de una historia moderna, mientras Matta acelera la contemporaneidad y se despega, “vidriando” el efecto de una erección flamigerante que hace del hombre, una tierra condensada. 


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